jueves, 9 de agosto de 2007

"RADIOGRAFIA A ALTO BIO BIO, HOY BAJO CRUDEZA DE NEVAZON"


El 35,8% de pobreza y el 82% de ruralidad que tiene este territorio de 2 mil 124 kilómetros cuadrados, complican la delicada situación que enfrentan, tras la nevazón.

Del Diario “EL SUR” de Concepción, 28 de julio de 2007.
Por Fabián Alvarez S.

La familia de Juana Salazar Merino es una de las pocas que tiene televisión satelital en Alto Biobío. Es un gusto que se han dado luego de años de trabajo, basado principalmente en la crianza de ganado. Viven en el sector Pitrilón, donde producto de la última nevazón no sólo quedaron aislados al caer más de un metro 80 centímetros de nieve, sino que tienen perdidos en el monte a 40 vacunos, se les dañaron dos vehículos que quedaron a la intemperie y estuvieron sin electricidad por una semana. "Ni las noticias podíamos ver, para saber cuando iba a parar de nevar", dice. Vivir en Alto Biobío, a 210 kilómetros de Concepción y 87 kilómetros de Los Angeles, es extremo. Desde las condiciones climáticas: frío, lluvia y nevazones en el invierno y calor en el verano, hasta las complicaciones propias de la lejanía de los grandes centros urbanos, como el encarecimiento de productos y el abuso, como tildan los habitantes, de algunos monopolios, como el transporte público.
Un solo dato, viajar desde las comunidades pehuenche limítrofes con Argentina a Ralco, la cabecera comunal, cuesta $3 mil 500, más caro que viajar en bus desde Concepción a Talca en esta época. Por ello la gente sólo baja en caso de necesidad, principalmente a abastecerse de alimentos y forraje para sus animales. Esto último, hoy más necesario que nunca.

Alta pobreza
Por suerte, los pagos de pensiones y subsidios se realizan en las comunidades: Pitril, Cauñicú, Malla Malla, Trapa Trapa y Butalelbun, por el lado del cajón del río Queuco. Y El Avellano, Quepuca Ralco, Ralco Lepoy, El Barco y Huallalí, por el lado del río Biobío. A ellos se suma Cayaqui, antes de llegar a Ralco, el mayor centro poblado y donde está el municipio. El 82,36% de los 7 mil 27 habitantes de Alto Biobío vive en las zonas rurales y cerca del 90% de la población es pehuenche. Son básicamente campesinos pobres que viven de sus huertas en el verano y de la crianza de animales durante todo el año. Según la última encuesta Casen, que recogió datos en 2006, el 35,8% de la población es pobre (pobres e indigentes), el mayor porcentaje de la provincia de Biobío, el quinto a nivel regional y muy por encima de los promedios nacional (13,7%) y regional (15,5%). Según datos municipales, el promedio de ingresos mensuales por familia es de $35 mil. Por ello, el invierno los golpea aún más fuerte. "Estoy apaleando a la perra, porque no tenemos qué comer", cuenta tratando de distender su mala racha Juana Muñoz Vidal, otra víctima de la nevazón que pese al sol que desde el martes reina en la alta cordillera mantiene blanco los campos y aún complicada a unas 500 familias (unas dos mil personas) que viven en las partes más altas. Por suerte, los reportes no hablan de nuevas emergencias médicas que hayan obligado a evacuar personas al consultorio de Ralco o al hospital de Los Angeles. Sí se está atento a la situación de 8 embarazadas que se espera den a luz los primeros días de agosto. Las 8 postas rurales están bien aperadas, comenta Juan Carlos Barra Mora, paramédico del centro de salud de Pitril. Sí es preocupante el aumento de las infecciones respiratorias agudas en adultos y niños. "Estas han subido en un 70% en comparación a años anteriores", precisa Barra. Y de ello, bien sabe María Amelia Vita Pichinao, quien cabalgó seis horas en medio de la espesa nieve para llegar a la posta de Pitril en búsqueda de medicamentos para su esposo "en cama, y con una fiebre y una tos que ya se lo llevan", dice.

Niños en casa
Entre todo el desastre que deja la nevazón, hay algo positivo. "Por suerte los niños están de vacaciones, porque al menos estamos todos juntos y no los hijos en las escuelas (internados)", comenta Aurelio Llaulén Vita, habitante del sector Los Perales, donde viven 8 familias de las que no se supo nada por cinco días.
En Alto Biobío hay cuatro escuelas municipales, un liceo politécnico y cinco escuelas particulares. La totalidad tiene internado, ya que las distancias entre las casas y los establecimientos educacionales se miden en kilómetros y de unen a pie, a caballo o "a dedo".

Harina y hierba
En Alto Biobío sus habitantes aseguran que la nevazón que cayó entre el viernes 20 y el lunes 23 "ha sido la más grande desde el terremoto blanco" de agosto de 1995. El promedio de nieve llegó al metro de altura, pero hay sectores donde incluso alcanzó los tres metros. Además de forraje para los animales, las peticiones municipales pasan por más maquinaria pesada para el despeje de caminos, dar curso a un proyecto de radiocomunicación VHF para tener a las comunidades contactadas, materiales de construcción para reponer daños en unas 50 casas y canastas familiares. Ya cuentan con el compromiso, por parte de la gobernación, de entregarles 600 planchas de zinc para arreglar las casas y 300 canastas familiares, afirma el alcalde Félix Vita Manquepi. "Lo que pide la gente es harina y hierba, principalmente, y en las canastas de la Oremi, la primera viene muy poca y la segunda no llega", se queja.

Animales perdidos
Lo que más duele a los habitantes de Alto Biobío es la pérdida que estiman tendrán de sus animales atrapados en la nieve de las zonas altas, ya que son el principal sustento económico que tienen. A ayer no había variado el catastro preliminar del municipio de 2 mil cabezas de ganado de las que nada se sabe. "No les hemos visto ni las colas. Los míos están enterrados en un metro y medio de nieve y no he podido sacarlos. En estas condiciones podrían aguantar unos 15 días, pero con lo dura que está la nieve, capaz que sólo a fines de septiembre podamos sacarlos", resumió Guillermo Llaulén Vita, del sector Los Perales. Su vecino Pedro Pichinao Llaulén se queja de la falta de forraje: "Los caballos no se pueden ni 50 kilos, están débiles, donde no tienen qué comer", explica.

A la intendencia
Cuatro comuneros mapuche, encabezados por la werkén Carmen Paine Tranamil, llegaron hasta Concepción con la intención de conversar con la intendenta María Soledad Tohá, para exponerle la situación que se vive en Alto Biobío. Según la representante pehuenche, las comunidades de Butalelbun y El Barco están con cerca de tres metros de nieve. Dijo que hay personas enfermas crónica y que faltan medicamentos, contradiciendo lo afirmado por el municipio. Pidió a la Seremi de Salud que disponga de dos ambulancias para el Alto Biobío, con el fin de enfrentar emergencias como la que hoy viven. Carmen Paine afirmó que "para qué crearon esta nueva comuna, si no hay una buena administración", en relación a la gestión municipal que critica.

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